lunes, 22 de febrero de 2016

MÁS ALLÁ DEL EXPEDIENTE ACADÉMICO


Dicen los de Google que el expediente no sirve para nada.  Y las consultoras de recursos humanos (que llevan años preguntando la nota media en la Universidad y aplicando test de aptitudes para hacer cribas curriculares, dicho sea de paso) dicen, días después, que están de acuerdo. Lo estudioso y aplicado que hayas sido en la facultad indica justo eso. Pero nada más. No quiere decir que, necesariamente, vayas a ser un trabajador brillante. Y más aún, me atrevo a decir, nada tiene que ver tu rendimiento académico con tu empleabilidad. Todos conocemos compañeros de promoción con unas notas superiores a las nuestras y cuyo éxito profesional no ha ido en la misma línea ascendente. Vale, esto es un hecho. Sinceramente, la opinión del señor de Google está muy bien pero no ha venido a descubrir la pólvora. Vamos a ir más al grano, porque si el expediente no me sirve para nada… ¿entonces qué he de hacer?

El primer punto que me gustaría matizar es que no es del todo correcto que un buen expediente no me diga cosas favorables de ti: alta capacidad de esfuerzo, sacrificio, capacidad de postergación del beneficio, alta planificación y organización, una capacidad memorística descomunal y una destreza oculo-manual para tomar apuntes dignas de un remake de aquel mítico ¿Qué apostamos?, entre otras. Esto no está mal. Quizás en Google no sean del todo imprescindibles estas competencias, pero no nos engañemos…para muchas de las empresas en las que vamos a trabajar, estas habilidades nos puntuarán alto y nos vendrán de lujo. 

Ahora bien, nuestro fallo sería quedarnos aquí. Ser capaz de obtener las mejores notas como único fin de nuestro paso por la Universidad es el principal error que muchos hemos cometido y que no podemos consentir que nuestros estudiantes sigan cometiendo. Y no vale echar balones fuera y otorgarle toda la culpa a la Universidad. Lo siento pero no. Probablemente (seguro) la Universidad tenga que hacer un ejercicio de autocrítica y de reformación de su eterna distancia entre los conocimientos que traslada en el aula y lo que fuera demanda el mercado laboral. Todos estamos de acuerdo en este punto y me falta conocimiento para hacer un estudio más en profundidad de las causas. 

Pero de lo que si sé, es de lo que te toca a hacer a ti. Es tu responsabilidad saber qué características tienes que tener que determinarán que seas más empleable o no. Tienes que ocuparte de estudiar y obtener unas buenas notas, pero aunque no te lo parezca esa no es tu única función. Y voy un paso más allá. Cuando empezamos a trabajar, lo único que se espera de ti como profesional no es qué hagas bien tu trabajo. Pensar esto, es nuestra segunda creencia errónea más grave. Que cumplas tus objetivos en tiempo y forma y que entregues todo lo que tengas que entregar a su debido tiempo, que tu actitud y conducta en el trabajo sean siempre impecables, es fundamental, pero no suficente. Si, pero no. En los dos casos, o buscas hacer crecer tu capacidad de ser empleable o, lo lamento mucho, pero estás fuera del carro. 

A poco que se tuerzan las cosas ahí fuera, y todo parece indicar que no podemos esperar a que del exterior nadie nos venga a solucionar nada, tú y tu capacidad de ser contratado por Google, por las consultoras del artículo, y lo que es peor por las empresas en las que tú y yo acabaremos trabajando, será muy escasas.

Y éstas cosas que tienes que hacer de las quete hablo, son todas aquellas que no te apetecen nada de nada. Cuánto menos te apetezcan, más incrementan tu empleabilidad. Cuánto más pereza te de hacerlas al salir de clase o del trabajo, mejor efecto harán en tu desarrollo profesional. Cuantas más excusas te pongas para no hacerlo, más urgente es que te enfrentes a ellas. Cuanto más critiques a otros por hacerlas y más rechaces y niegues tu necesidad más cambio, en una situación más delicada te irás adentrando tu solito. 

Aquí sólo van algunas, te dejo mi sección de comentarios en el post para que añadas todas las que te apetezcan:

Tu gusto y afición por la venta: Empezando por la venta de tí mismo como profesional y de todos las cosas que puedes hacer por las necesidades de tu potencial empresa. Gusto por vender los servicios de tu empresa, los tuyos propios y los de tus colegas. Empieza a trabajar esta habilidad cuanto antes.  

Tu capacidad de comunicación: Eso de yo no sé/no puedo hablar en público es una excusa para no enfrentarte a tus miedos. Hay personas a las que les cuesta menos y personas a las que les cuesta más. Si eres de las segundas, ya sabes lo que tienes que hacer. Más empeño y más esfuerzo. No hay más misterio. Y acción. A coser se aprende cosiendo, no viendo tutoriales por internet. Con esto igual, aprovecha cada oportunidad que tengas para mejorar tu capacidad y la calidad de tus presentaciones. En las distancias cortas debes ser capaz de manejarte con la misma soltura. A todos nos gusta más ir a los sitios con personas conocidas que nos proporcionen confianza. Acostúmbrate a ir a sitios en los que no conozcas a nadie y relacionate. Ya verás como para la siguiente empiezas a conocer a más gente. Exprésate con claridad y desarrolla tu capacidad de persuasión. Gran parte del éxito profesional vendrá determinado por tu capacidad de expresión. Aquí no se vale con sacar un 5, en esta competencia tienes que esforzarte por brillar. 

Tu habilidad para entrar en contacto con personas: Cuantas más personas seas capaz de conocer y de hacer que te conozcan más posibilidades tienes que tus posibilidades de conseguir empleo y/o negocio crezcan. Amigos hasta en el infierno. Para las “cañas de los jueves” puedes ser lo selectivo que consideres, pero tu capacidad de networking será uno de tus principales valores añadidos en tus siguientes entrevistas de trabajo. 

Tu estrategia para conseguir ser reconocido entre tu público objetivo 1.0 y 2.0 por lo que puedes aportar a nivel profesional: Este es un trabajo de muy largo recorrido, cargado de acciones que te llevarán a conseguir tus objetivos pero a muy largo plazo. No esperes a finalizar tus estudios ni a que un despido y el temido desempleo te den alas para comenzar. El momento es ya. Dentro de 5 minutos es tarde. Ya. Empieza ya. (No se me ocurre una forma de ser más clara en este sentido) La transformación digital de nuestro entorno empresarial es un hecho: Destierra de tu vocabulario todas las frases que te hayas oído decir a ti mismo en relación a tu escasa capacidad con las nuevas tecnologías y ponte las pilas. Hablar de adaptarte a ellas hoy en día se me queda muy corto. O aportas valor en este terreno, o estás perdido. Busca la manera de aumentar tu destreza en este ámbito. Estas acciones son las que incrementan tu empleabilidad. Pero lo que de verdad produce el cambio, es tu gusto por la anticipación y el cambio. Recibamos los cambios tecnológicos con buena cara, apertura y curiosidad infinita. Dejemos las reacciones de nuestras abuelas con respecto a las lavadoras para los tiempos pasados. 

Nuestra capacidad de emprender: Ya no vale con que me digas que es que tú quieres trabajar con cuenta ajena. Está muy bien, pero eso no te exime de desarrollar esta habilidad. Emprender proyectos y proponer, desarrollar e implementar nuevos modelos de negocio para tu empresa (si estás por cuenta ajena) o para ti mismo, si eres un profesional autónomo. Ya no cabe la distinción. O emprendes o te estancas. 

La capacidad de trabajo en equipo ya la doy por supuesta: Un liderazgo emocional basado en que todos los miembros del equipo obtengan los mejores resultados y una asunción de que un día te toca liderar pero en el siguiente proyecto eres una pieza más del equipo, que las jerarquias ya no lo son tanto porque si, si no porque en ese proyecto tu tienes mayor capacidad, es fundamental para conseguir nuestros objetivos profesionales. 

Somos globales: Inglés nivel medio no es entender cuando lees. Inglés nivel alto, no es chapurrear cuatro palabras. Todas tus experiencias fuera de nuestro querido país, serán bien recibidas e incrementarán de forma notable tu empleabilidad. Sé capaz de analizar y transmitirme cuánto te han aportado estas experiencias en lo profesional y en lo personal. 

Buena parte de tu empleabilidad vendrá dada por tu capacidad por venir con la mochila ligera y la sonrisa puesta: Con independencia de todo, de lo exigente que está el mercado laboral, de la crisis, de tu despido y de los meses que llevas buscando. Tu gestión emocional determinará tu éxito. Con la que tenemos encima, o limamos inseguridades, miedos, complejos, creencias limitantes o no salimos adelante. O somos capaces de centrar el foco, de determinar con precisión los pasos a dar y las acciones que vamos a llevar a cabo o estamos perdidos.

O sabemos sonreír y mantener un tono vital alegre y optimista, en el medio plazo nos acabaremos cayendo de los proyectos. O entendemos que sólo cuando los dos ganamos, ganamos todos… o en el largo plazo, habremos fallado en nuestra estrategia. Lo llaman la era del CO (cooperar, compartir, colaborar, etc) Para mi esta es la esencia del éxito. A pesar del tremendo y superficial estilo individualista que impera hoy en día, por fortuna, el ganar-ganar se impone como modelo de éxito. 

Pero ¿sabes cuál es mi reflexión final después de mucho pensar en el tema? Trabajar con estos valores y actitudes en cada una de tus acciones, harán que tu nivel de satisfacción con lo que haces crezca de forma desmedida. Y ahí, en la felicidad que consigas obtener con lo que hagas, es dónde radica el verdadero éxito. 

"No puedo finalizar sin invitaros a que veáis esta joya con la que tanto me he reído y con la que tanto he reflexionado". ¿los contrataríais? ¿os importaría mucho su expediente académico?


Artículo tomado de: https://elenaarnaiz.wordpress.com/2016/02/16/mas-alla-del-expediente-academico-lo-que-de-verdad-incrementa-tus-posibilidades-de-exito-profesional/

Publicado por Elena Arnaiz on 16 febrero, 2016



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