miércoles, 20 de julio de 2016

LA INSEGURIDAD DE DAVID CHOQUEHUANCA


Concuerdo con muchos de los lectores que el título pudiere prestarse para desatar nacionalismos del más variado tipo, pero, en términos reales, el presente artículo sólo pretende analizar la situación desde el punto de vista de la prevención de riesgos y la seguridad ocupacional.

Sin analizar por qué se realiza esta visita, sus fundamentos de tipo legal, bilateral ni político, en la mañana del día martes de esta semana, el Canciller de Bolivia, David Choquehuanca llegó de visita a las instalaciones del puerto de Arica en el extremo norte de nuestro país y luego al puerto de Antofagasta. La llegada, del Ministro de Relaciones Exteriores Boliviano y su comitiva al puerto de Arica se registró en horas de la mañana y personal de operaciones del puerto, permitieron su entrada al recinto sólo en la tarde, provocando la indignación del funcionario del gobierno altiplánico.

Identificar, evaluar y controlar, son funciones propias de los Ingenieros en Prevención de Riesgos que forma nuestra Universidad y, para realizar un análisis de la situación acontecida, se hace necesario establecer cuáles son las variables involucradas.

Parafraseando a algún distinguido abogado de la plaza, algunos hechos de la causa son:

1.- En los puertos mencionados denominados Puerto Arica y Puerto Antofagasta. administrado por Empresa Portuaria Arica el primero y Empresa Portuaria de Antofagasta (EPA) el segundo, entre otras sustancias, se almacena Plomo a granel y se debe cumplir con estrictos protocolos para la prevención de riesgos.


3.- El D.F.L. N° 1 Código del Trabajo establece, entre otras cosas, en su artículo 184 que “El empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, informando de los posibles riesgos y manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales”. Dado los Sistemas de Gestión en Salud y Seguridad que operan, lo anterior es aplicable a las partes interesadas, entendiéndose como tal a los contratistas, subcontratistas, servicios transitorios, clientes, proveedores y visitas.

4.- La Ley N° 16.744/69 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, establece el uso de Elementos de Protección Personal para los trabajadores, y como se explica en el párrafo anterior, a otras partes interesadas.

5.- El D.S. N° 18/82 sobre la Certificación de Calidad de Elementos de Protección Personal contra Riesgos Ocupacionales norma las características que debe tener esta implementación.

En una evaluación puramente técnica, me permito expresar que la “Inseguridad de Choquehuanca”, en términos de querer ingresar sólo con zapatos de seguridad y casco a las instalaciones del puerto fue bien evaluada y los peligros a los cuales se verían expuestos el Canciller Boliviano y su comitiva, fueron plenamente identificados.

Personal de Operaciones del Puerto se hizo responsable de guiar la visita y la Inducción dada a la comitiva visitante, sumada a la entrega de elementos de protección personal adecuados al riesgo (overall, lentes y respirador de medio rostro, etc.). Todo lo anterior permitió controlar adecuadamente los riesgos. Tambièn hay riesgos asociados al transito de perosnas ajenas a las operaciones en lugares donde transita maquinaria pesada y se mueve carga.

Como docente de la carrera de Ingeniería en Prevención de Riesgos y Medio Ambiente de la UniversidadMiguel de Cervantes, no puedo sino sentirme orgulloso del accionar del personal del Puerto Arica y del Puerto Antofagasta, y sólo me queda felicitarlos por su manejo técnico de la situación y respeto de los protocolos de ingreso aplicados.

Por otro lado, y con el debido respeto que me merece su alto cargo, me permito pedirle al Canciller Choquehuanca que no se indigne (“Estoy indignado”, habría expresado), pues el personal que administra ambos puertos no hizo nada más que proteger su salud y seguridad.

Adicionalmente (“Esto va a traer consecuencias”, también habría agregado) le puedo asegurar que esto no va a traer consecuencias, pues al guiar la visita, hacer la inducción y entregar elementos de protección de personal adecuados, el personal de los puertos señalados se está asegurando que las visitas a sus instalaciones no hayan estado expuestos a ninguna sustancia que pudiere afectar su salud.

Me permitirá el lector extenderme un poco más y relatar una situación que me tocó vivir en mi trabajo con el objeto de graficar al Canciller Altiplánico que la seguridad laboral en nuestro país no tiene que ver con nacionalidades ni con cargos.

En una oportunidad y a raíz de un objetivo propio de la actividad, como guía me dirigí en compañía de un alto ejecutivo global, provisto de todos sus elementos de protección personal, a los talleres de la empresa. Caminé a una distancia prudente para pedir la autorización de ingreso al Jefe de Taller y el ejecutivo global se sacó el caso, quizás porque le molestaba o no tenía la costumbre de usarlo.

Antes que yo pudiere llegar a su lado, un operador de grúa horquilla, detuvo el vehículo que operaba, se bajó de él y le solicitó al ejecutivo global que se pusiera el casco, instrucción que fue acatada de manera inmediata disculpándose ante el trabajador por su desatino.

Una señal inequívoca de madurez que Chile ha alcanzado en la prevención de riesgos se evidencia en la ausencia de jerarquías, transversalidad y prioridad que tiene la salud y seguridad de los trabajadores en los lugares de trabajo. Sin ser autocomplaciente, puedo agregar que nos falta mucho, pero que claramente vamos en el camino correcto.

Por último, en una mirada social de la seguridad ocupacional en Chile, creo que como país hemos crecido en términos de cultura preventiva y responsabilidad en el cuidado de la salud y la seguridad en el trabajo. Aunque las estadísticas nos indican que las enfermedades profesionales van en alza para lo cual se están tomando las medidas que van en una dirección correcta, también nos dice que el número de accidentes ha disminuido notoriamente después del Accidente de la Mina de San José.

No ha sido fácil llegar a estos números, pero el trabajo, el esfuerzo y la mejora continua aplicada se ven inmensamente recompensados con la seguridad de devolver a nuestros trabajadores sanos y salvo a su hogar junto a sus familias.

Iván Uribe Marquez
Ingeniero en Prevención de Riesgos y Medio Ambiente
Docente
Escuela de Ingeniería 

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