Concuerdo con muchos
de los lectores que el título pudiere prestarse para desatar
nacionalismos del más variado tipo, pero, en términos reales, el
presente artículo sólo pretende analizar la situación desde el
punto de vista de la prevención de riesgos y la seguridad
ocupacional.
Sin analizar por qué
se realiza esta visita, sus fundamentos de tipo legal, bilateral ni
político, en la mañana del día martes de esta semana, el
Canciller de Bolivia, David Choquehuanca llegó de visita a las
instalaciones del puerto de Arica en el extremo norte de nuestro país
y luego al puerto de Antofagasta. La llegada, del Ministro de
Relaciones Exteriores Boliviano y su comitiva al puerto de Arica se
registró en horas de la mañana y personal de operaciones del
puerto, permitieron su entrada al recinto sólo en la tarde,
provocando la indignación del funcionario del gobierno altiplánico.
Identificar, evaluar
y controlar, son funciones propias de los Ingenieros en Prevención
de Riesgos que forma nuestra Universidad y, para realizar un análisis
de la situación acontecida, se hace necesario establecer cuáles son
las variables involucradas.
Parafraseando a
algún distinguido abogado de la plaza, algunos hechos de la causa
son:
1.- En los puertos
mencionados denominados Puerto Arica y Puerto Antofagasta.
administrado por Empresa Portuaria Arica el primero y Empresa
Portuaria de Antofagasta (EPA) el segundo, entre otras sustancias, se
almacena Plomo a granel y se debe cumplir con estrictos protocolos
para la prevención de riesgos.
2.- El plomo es causante de una serie de enfermedades.
3.- El D.F.L. N° 1
Código del Trabajo establece, entre otras cosas, en su artículo 184
que “El empleador estará obligado a tomar todas las medidas
necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los
trabajadores, informando de los posibles riesgos y manteniendo las
condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como
también los implementos necesarios para prevenir accidentes y
enfermedades profesionales”. Dado los Sistemas de Gestión en Salud
y Seguridad que operan, lo anterior es aplicable a las partes
interesadas, entendiéndose como tal a los contratistas,
subcontratistas, servicios transitorios, clientes, proveedores y
visitas.
4.- La Ley N° 16.744/69
sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, establece
el uso de Elementos de Protección Personal para los trabajadores, y
como se explica en el párrafo anterior, a otras partes interesadas.
5.- El D.S. N° 18/82
sobre la Certificación de Calidad de Elementos de Protección
Personal contra Riesgos Ocupacionales norma las características que
debe tener esta implementación.
En una evaluación
puramente técnica, me permito expresar que la “Inseguridad de
Choquehuanca”, en términos de querer ingresar sólo con zapatos de
seguridad y casco a las instalaciones del puerto fue bien evaluada y
los peligros a los cuales se verían expuestos el Canciller Boliviano
y su comitiva, fueron plenamente identificados.
Personal de
Operaciones del Puerto se hizo responsable de guiar la visita y la
Inducción dada a la comitiva visitante, sumada a la entrega de
elementos de protección personal adecuados al riesgo (overall,
lentes y respirador de medio rostro, etc.). Todo lo anterior permitió
controlar adecuadamente los riesgos. Tambièn hay riesgos asociados
al transito de perosnas ajenas a las operaciones en lugares donde
transita maquinaria pesada y se mueve carga.
Como docente de la
carrera de Ingeniería en Prevención de Riesgos y Medio Ambiente de la UniversidadMiguel de Cervantes, no puedo sino sentirme orgulloso del accionar
del personal del Puerto Arica y del Puerto Antofagasta, y sólo me
queda felicitarlos por su manejo técnico de la situación y respeto
de los protocolos de ingreso aplicados.
Por otro lado, y con
el debido respeto que me merece su alto cargo, me permito pedirle al
Canciller Choquehuanca que no se indigne (“Estoy indignado”,
habría expresado), pues el personal que administra ambos puertos no
hizo nada más que proteger su salud y seguridad.
Adicionalmente
(“Esto va a traer consecuencias”, también habría agregado) le puedo asegurar que esto no va a traer consecuencias, pues al guiar la
visita, hacer la inducción y entregar elementos de protección de
personal adecuados, el personal de los puertos señalados se está
asegurando que las visitas a sus instalaciones no hayan estado
expuestos a ninguna sustancia que pudiere afectar su salud.
Me permitirá el
lector extenderme un poco más y relatar una situación que me tocó
vivir en mi trabajo con el objeto de graficar al Canciller
Altiplánico que la seguridad laboral en nuestro país no tiene que
ver con nacionalidades ni con cargos.
En una oportunidad y
a raíz de un objetivo propio de la actividad, como guía me dirigí
en compañía de un alto ejecutivo global, provisto de todos sus
elementos de protección personal, a los talleres de la empresa.
Caminé a una distancia prudente para pedir la autorización de
ingreso al Jefe de Taller y el ejecutivo global se sacó el caso,
quizás porque le molestaba o no tenía la costumbre de usarlo.
Antes que yo pudiere
llegar a su lado, un operador de grúa horquilla, detuvo el vehículo
que operaba, se bajó de él y le solicitó al ejecutivo global que
se pusiera el casco, instrucción que fue acatada de manera inmediata
disculpándose ante el trabajador por su desatino.
Una señal
inequívoca de madurez que Chile ha alcanzado en la prevención de
riesgos se evidencia en la ausencia de jerarquías, transversalidad y
prioridad que tiene la salud y seguridad de los trabajadores en los
lugares de trabajo. Sin ser autocomplaciente, puedo agregar que nos
falta mucho, pero que claramente vamos en el camino correcto.
Por último, en una
mirada social de la seguridad ocupacional en Chile, creo que como
país hemos crecido en términos de cultura preventiva y
responsabilidad en el cuidado de la salud y la seguridad en el
trabajo. Aunque las estadísticas nos indican que las enfermedades
profesionales van en alza para lo cual se están tomando las medidas
que van en una dirección correcta, también nos dice que el número
de accidentes ha disminuido notoriamente después del Accidente de la
Mina de San José.
No ha sido fácil
llegar a estos números, pero el trabajo, el esfuerzo y la mejora
continua aplicada se ven inmensamente recompensados con la seguridad
de devolver a nuestros trabajadores sanos y salvo a su hogar junto a
sus familias.
Iván Uribe Marquez
Ingeniero en Prevención de Riesgos y Medio Ambiente
Docente
Escuela de Ingeniería
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