Los árboles aportan importantes
cantidades de agua a la atmósfera cuando abren sus estomas para capturar
CO2. La captura de nutrientes por las raíces depende de la cantidad de
agua disponible en el suelo, de tal forma en que en zonas semiáridas el
estrés hídrico es permanente y la evapotranspiración es reducida. Los
árboles mediterráneos ahorran energía votando sus hojas en invierno. La
vegetación de zonas de mayor aridez ha desarrollado defensas para no
perder agua en el proceso de transpiración vegetal, entre las que se
encuentran modificaciones en las hojas como disminución de tamaño,
dureza, presencia de pilosidad, posición, hasta la modificación del
momento en que se habren sus estomas, como los cactus y otras especies
vegetales que abren sus estomas durante la noche (C3, C4 y CAM).
El
tamaño de los estomas de un árbol mediterráneo crece con aplicaciones
permanentes de riego, modificación que no puede ser revertida.
Se
conoce ampliamente el aporte a la humedad de la atmósfera que hacen los
árboles tropicales, los que cuentan de forma permanente con
precipitaciones abundantes, sin presencia de bajas temperaturas y
árboles con hojas grandes, sin adaptaciones especiales y dispuestas en
posición horizontal.
Se
ha planteado la posibilidad de utilizar la evapotranspiración de los
árboles para mover de forma ascendentes masas de aire contaminado,
superando de esta forma el "techo" generado por la presencia de
fenómenos de inversión térmica.
¿Como
podría funcionar este mecanismo en un ecosistema mediterráneo
caracterizado por la presencia de procesos de desertificación?
Es
evidente que para mover de forma ascentes grandes masas de aire se
requiere una superficie significativa de terreno, forestada con una
densidad importante de árboles. Además de estas dos condiciones se
requiere también disponer de c) posibilidades de riego en abundancia y
en invierno, d) plantas de especies de hoja perenne y e) árboles con
follaje abundante.
Lugares
como Cerros de Renca, con sus 1200 hectáreas, presentan una superficie
importante para considerar en un proyecto con características de
movimiento ascendentes de masas de aíre contaminado, donde la
disponibilidad de agua puede ser enfocada a través de Sistemas
Forestales de Cosecha de Agua Lluvia (
http://reddeparquespublicos.blogspot.com/).
Un simple calculo indica que si llueve 300 mm al año, correspondiente a
una columna de agua de 0,3 metros de altura, en una hectárea tendremos
una lámina de agua equivalente a 3.000 m3 de agua. Si se captura solo
el 30% del agua lluvia que cae sobre Cerros de Renca, se dispondría de
1,08 millones de m3 de agua.
Debe
considerarse también la posición estratégica de Cerros de Renca ubicado
junto a las comunas mas contaminadas del sector poniente de Santiago,
como son: Cerro Navia, Pudahuel, Renca, Quilicura, Lo Prado y Quinta
Normal.
En la
figura siguiente se muestra un esquema de la forma que seguiría la
evapotranspiración de Cerros de Renca luego de su forestación. Es
importante mencionar que la forestación de Cerros de Renca debe
(imperiosamente) realizarse de acuerdo a las orientaciones y
zonificación de un Plan Maestro que abarque las 1200 hectáreas de este
futuro Cerro Parque.
Si
se supera la falta de agua para riego por medio de la implementación de
sistemas de cosecha de agua llucia y la instalación de estanques
subterráneos, además de la aplicación de técnicas de cosecha de agua
lluvia como por ejemplo zanjas de infiltración, la determinación de las
especies a establecer será un aspecto mas fácil de resolver. Hemos
visto en la V región de nuestro país cerros forestados completamente con
paltos o almendros. especies nativas como quillay, maiten, peumo y
belloto se dan bien en distintos ambientes, todos los caules se
encuentran presentes en Cerros de Renca.
El
aire ascendente arrastrará los contaminantes contenidos en la atmósfera
estacionada sobre Santiago, modificando la composición de la atmósfera
durante el día. De esta forma disminuiran la cantidad de material
particulado presente en cada metro cúbico de aire.
A alturas superiores al techo producido por inversión térmica, el viento arrastrará el aire contaminado alejandolo de la ciudad.
La
aplicación de estas técnicas es posible en numerosos cerros islas de
gran superficie existentes en la ciudad de Santiago, como por ejemplo
Cerros de Chena que tiene una superficie superior a las 800 hectáreas,
Cerro Lo Aguirre con mas de 1000 hectáreas, Cerro Manquehue con mas de
700 hectáreas, el Cordón del Cerro Los Ratones con mas de 1200
hectareas.
El
Plan Santiago Verde contempla la forestación del circulo intermedio
existente entre los parques naturales y los parques urbanos, conformado
por los cerros islas señalados en el párrafo anterior, unidos al oriente
por la precordillera.
Artículo enviado por
Arboricultura Urbana.